Nombre: norman
Ubicación: Belgrano, Argentina

sábado, abril 16

Hay días en los que no quiero salir, y me encierro en las puertas de mi almohada, con mis demonios y mis fantasmas, con mis recuerdos y mis miedos.
Pero, hay otros días, en los que tengo que salir, para demostrarles que nada es lo que ellos ven, dicen, lo que ellos viven.

Preparo mi paraguas y salgo al sol, a enfrentar ese mar de miradas, ese océano de criticas. Los veo, me río como ellos lo hacen. Aunque muy en el fondo quiero llorar, quiero escapar de acá. No se que hay en la tierra, que me hace caminar sobre ella y correr sobre el asfalto; me hace abrir los ojos bien grandes y cerrar mis tímpanos. Caminar, derecho, de frente, con la cabeza en alto y mis pies descalzos. Caminar sin temer, con convicción, con la idea fija de que alguien más está de mi lado.

A pesar de esas ganas [de salir, de enfrentarme a todos y seguir pensando que alguien más va a estar de mi lado] no hay nada que no me haga pensar en mi realidad, en mi verdad. Y la única verdad es la fragilidad.. la única cara de mi verdadera alma. La fragilidad de mi cuerpo. La fragilidad de mis ojos. La fragilidad de mi optimismo. La fragilidad de mi riza.

Y me siento tan frágil, que me guardo en los brazos de mi sabana. Me acuesto y comienzo a imaginar. ¿Cómo seria si alguien mas estaría entre estas frazadas? De vez en cuando pienso que hay alguien acá; alguien me esta tapando la bala del gatillo o me esta desafilando los cuchillos. Y me siento tan frágil, que no llamo a nadie y me olvido de todos. Me olvido de aquella gente que realmente dice no ser igual a todos.. pero , si no lo son, porque no están acá?.

Es que nadie es alguien en particular, todos son todos . Todos somos un todo. Un todo hipócrita, falso. Un todo mentiroso, ambicioso.

Ese todo, él que me hace temer, él que me hace guardar. Es ese todo, él que cuando caminas o respiras, está para criticar. Es ese todo, él que grita más alto, él que prueba a ver quien tiene la riza mas fuerte.

Un todo, que se maquilla y se viste, que pide cosas vulgares y tiene poses ordinarias; pero cuando tiene esa vulgaridad en frente suyo, se vuelve hacia atrás.

Un todo, dónde la histeria es la madre de todas las acciones, la que marca sus caminos, la que tiene que estar presentar para conquistar un par de ojos.

Un todo, qué pone palabras en la boca de un individuo cualquiera, que se cree mejor persona por saber leer o escribir, por tener una camioneta o un par de casas.

Un todo, qué tiene que maltratar una persona, insultarlos, agraviar sus personas. Bajar su autoestima, no parar hasta verlos llorar o hasta que pidan perdón[ POR QUÉ PERDÓN?!]

El todo de criticar según la cara, según sus rasgos. El todo de ayudar y después reírse, de ser solidarios y después cagarse en sus acciones.

Él que señala, él que juzga. Él que escupe, él que burla.

Ese todo, que no sabe apreciar un silencio. Que llena su boca de palabras sin sentido, llena su boca por temor al silencio.
Ese todo, que no sabe callar. Que no sabe callar en el momento justo, que tampoco sabe llorar.
Ese todo, que estupidiza el silencio y piensa que no es esa la mejor virtud del ser humano.

Gritar, pegar, chocar, no mirar.
Gritar, apuntar, hablar.

Es un todo del cual algunos dicen no pertenecer, pero al final, terminan perteneciendo. Porque es lo que hacemos todos.. menos aquellos Valientes que supieron como terminar antes de tiempo, que a pesar de sus mil preguntas, y sus miles de inquietudes supieron como desaparecer de los ojos de sus vecinos, de sus amigos, de sus enemigos. Y sí...Valientes. Hay que ser Valientes para no caer en ese agrupación de gente, en ese grupo autómata que une un todo.


Por ese todo, me guardo en mi fragilidad. Me excuso con ella, me pierdo en ella. Digo que es su culpa si no salgo, digo que es su culpa si no río, digo que es su culpa si no me animo. Y no me hace mal, porque hace mucho que no quiero ser parte del todo.

A pesar que hay días, meses, en los que mi cuerpo pertenece a ese todo, mi alma se sigue negando, como malcriada que es. Se niega a hacer lo que ellos hacen, a ver lo que ellos ven. Se niega a jugar de la misma forma que ellos juegan o sentir como ellos lo hacen.

Y mi fragilidad de la mano de mi alma, trajo una estación de lagrimas, o huracán de burlas. Pero ellas saben que en los brazos de mi almohada no van a quebrarse..

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