Me pongo los auriculares y cierro los ojos. Subo el volumen y empiezo a cantar; en voz alta, sin pensar... pero a los dos minutos me olvido la letra y vuelvo a imaginar.
Pienso en todas las veces que ellos estuvieron ahí. Escuchando sus gritos y sus puteadas. Pienso que hacían, como no se incomodaban.
Cuando lo contaban, callaba. Es que la mía era tan normal.. recordando una parte del guión de una película donde el actor principal hablaba que no eran ellos, que su casamiento era nada mas que una pantalla para no sentirse solos, para no sentirse inservibles..

En ese momento compara aquella película, con esta vida.

..
[Evitar ese pensamiento y seguir con la catarsis de mis dedos y la birome].
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No esta bueno eso de comparar, pero no lo puedo evitar.
No es ni la primera vez, ni algo habitual. Algo tenia que pasar para que me baje de aquel intento de mentir con varias risas. Bajo y vuelvo. Me encierro y no cambio el aire, me acuesto y invento situaciones, salidas, charlas para cuando alguien me pregunte de estos días.

Veo que no haya nadie. Comienzo a callar. Callo para sentir mis lagrimas, para sentir mis latidos. Las lagrimas no llegan y mi corazón no se escucha. En ese lugar, el eco se reproduce, me vuelvo a alterar.
Evito todo eso, cada fin de semana, cuando no hace faltan mas mentiras porque no somos mas que cuatro.

Podría llamar, hablar.
Pero para qué, no les voy a arruinar una noche con mi estupidez.

Espero un llamado que me anime, y me haga reír.

Es que necesito escapar. Se que solo no lo haré, porque puedo deprimirme más.

Prefiero irme a dormir, parar de escribir, esperar alguna posibilidad para ver a alguien a los ojos y volver a sentir mi voz rasposa, o sus oídos sintiendo lastima. Espero para cuando alguien decida pasar por acá, a ver si se acuerda que yo ya me canse de correr, que solo sirvo para mirar; que soy un sumiso del tiempo, un rehén del miedo a no poder buscar.. a saber que nunca voy a encontrarte, o encontrar alguien, o sencillamente saber que no vale el encontrarme.