hay unas cartas en mi cajon
que tienen el mismo destinatario.
el doctor cada vez que revisa la habitacion,
me pregunta si no me canso de escribir esas cartas,
y porque nadie las vino a reclamar.
ellas empiezan con tu nombre,
en ellas estan contados mis dias,
cuento todo con lujo de detalles
para sentir que lo que nos puede atar
no va a ser tan corto,
y puede durar varios minutos.
la doctora cada vez que me trae mas tinta,
me pregunta si tiene que llevarlas a algun lado,
yo solo respondo que tendria,
pero ya no se tu direccion.
cada vez que las termino,
cuento que voy a seguir,
y antes que comienze un nuevo dia,
vuelvo a escribir.
a veces quisiera llamarte,
y contarte que tengo cosas para vos.
a veces quisiera hablarte
y pedirte que me abrazes tan solo una vez.
se sorprenden,
no hay nada tachado,
es que ellos no ven,
las doscientas cartas rotas,quemadas,
tiradas por entre las rejas.
y el doctor me pregunta,
si no me canso de escribir,
solo llego a responder
que siempre me quedaron cosas por decirte
y desde que estoy asi
me arrepiento de no haberte hablado,
que tengo tantas cosas para contarte,
que siempre quise hablarte,
y nunca me anime.
ellos se sorprenden,
es que vieron que firmo sin mi nombre,
firmo de otra forma,
diciendo que soy aquel que siempre estuvo detras tuyo
esperando que te des vuelta
y me vengas a hablar.
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